Excursión al Pico Naiguatá 2018
Excursión al Pico
Naiguatá 2018
Definitivamente todos tenemos un niño en
nuestro interior, dile a un niño que el domingo iremos a la playa, seguro que
se acuesta a dormir con el traje de baño puesto, y no duerme en toda la noche
de la emoción, soñando despierto como dice una canción “ Salsa”, eso siempre me
pasa cuando tengo planificado una excursión a mi amado cerro el Ávila, en la
madrugada ya mi mente se estaba adelantado a los acontecimientos, ya estaba
escalando el cerro, mientras mi cuerpo aún dormía, esa noche realicé mis
oraciones, o sea todas mis hojas de oraciones del Arcángel San
Miguel, Arcángel San Rafael y las oraciones del doctor José
Gregorio Hernandez, le dije al Dios padre que este recorrido lo haría en honor a
todas las personas que tienen problemas de salud, en especial a mi linda
esposa, y a todos los enfermos de mi círculo social, me acosté temprano, pero
se me hizo larga la noche, me desperté varias veces, hasta que sonó la alarma
del celular, a eso de las 5 de la mañana, siempre llega a mi mente la canción de
mi niñez de excursionista “ A las seis de la mañana cuando va a salir el
sol levantamos la bandera y nos vamos de excursión”
Al levantarme, realizo mis ejercicios de
calentamiento, ya tenía el morral preparado, solamente me faltaba calentar el
almuerzo, salí de mi casa a las 6 de la mañana para dirigirme a la estación del
metro de Pérez Bonalde, cuando iba bajando del bloque dos de la Silsa, vi que
la luna estaba clarita y nítida hacia el oeste de la ciudad, tuve que esperar un
buen rato en el anden del metro, los domingo salen pocos trenes, al pasar por la estaciones del metro
de Agua Salud y Caño Amarillo, vi al cerro despejado, con un sol saliendo con
su tonalidad rojo naranja, me quedé en la estación del metro La California, me
dirigí a la parada de camionetas para subir hasta El Márquez, a esa hora estaba
una gran cantidad de pasajeros esperando camioneta, me dije a mi mismo, vine a
caminar, así que subí por la gran avenida Sans del Márquez, frente a las
instalaciones de Corpoeletrec, vi que venía una compañera de trabajo, la saludé,
yo iba a cruzar la avenida para saludarla, pero ella cruzó primero, hablamos un
rato, me pregunto que para donde iba, le respondí que para el Pico Naiguatá, me
dijo que bueno, que si estaría todo el día allá arriba, le dije que sí, nos
despedimos, le dije que nos veríamos el lunes, seguí ascendiendo por la avenida
para llegar al final de la Rómulo Gallego, algo que me dio risa es que hay un
letrero en la vía que informa; GALIPÁN, los domingo en la mañana hay que estar pendiente
al cruzar las avenidas, ya que nadie respeta los semáforos, al llegar a la
entrada de la cota mil, ya habían muchas personas subiendo y otras bajando de
sus caminatas, los saludaba con mis buenos días, logré alcanzar a un grupo
familiar, llegué a la entrada del Parque Nacional EL Ávila, para comenzar mi
ascenso, como siempre me persigné para encomendarme a Dios.
Una mañana fresca, unos subían y
otros bajaban, me encontré a un señor que visita frecuentemente a la Julia, me
paré a saludarlo, como estas amigo, tiempo sin verlo, me respondió que igual, se
acordó de mí, porque inmediatamente me preguntó por las naranjas de Nirgua, nos
despedimos, subiendo arme los bastones de tracking, les quité las gomas
protectoras de la puntas, son unos implementos muy útiles, la lluvia ha hecho
sus estragos con la carretera, tiene muchos surcos, en este instante venia
subiendo un corredor aún paso suave pero constante, lo aupé con un Vamos,
Vamos, llegamos al puesto de guarda parque de la Julia, muchos deportista
visitando sus instalaciones, me quité el morral, lo coloqué en un banco, me
dirigí hacia la toma de agua, para equipar mis potes de agua, hay que
provisionarse porque no hay agua en todo el recorrido, entré a la oficina del
puesto de guarda parque, vi que no estaba nuestro gran amigo de todos, el señor
Pedro, estaban dos guarda parque, los saludé, le pregunté dónde estaba Pedro,
me informaron que estaba de vacaciones, seguidamente me anoté en el libro
de visita, colocando todos mis datos, me despedí de los guarda parque, le dije
que aprovecharía la fresca, me respondieron que siguiera, me desearon un feliz
día, salí de la oficina, llegué a la esquina de la casa del guarda parque, es
aquí el kilómetro 0 para dar inicio e ascenso al pico Naiguatá, en solitario
comencé a subir, ayudándome con las bastones, acompañado de un concierto de las
aves, grillos y ranitas, fui disfrutando del camino, desde aquí se comienza a ver
el Majestuoso Pico Oriental, tuve que pararme a un lado del camino, para disfrutar
de la hermosa vista, todo despejado, en este lugar cualquier pintor se daría un
banquete, tenía un año sin subir al pico
Naiguatá, tiempo sin ponerme el traje de excursionista, al cabo de un rato
logré llegar al famoso tanque de agua, me quité el morral para refrescarme un
poco la cara, pero alguien dejó, un trozo de jabón azul, me acordé de mi mamá: Rosa Eudocia Pérez Perdigón, ella me dice que es muy bueno bañarse en un río
con jabón azul, para limpiarse el cuerpo de las energías negativas, sin
pensarlo dos veces, me quité la gorra y los lentes, metí la cabeza bajó el gran
chorro de agua, con mucha fuerza que hasta me mojé toda la camisa y las botas,
agarré el jabón azul, me di un baño vaquero, casi que inmediatamente vino a mi
memoria mi sobrino Yulian Alexander Aguilera Sira (Q.E.P.D), cuando íbamos a
visitar la tumba de mi abuela Luisa Perdigón en el estado Miranda, en el pueblo
de Ocumare, me decía -tío espérese un momento para lavarme la cabeza, después
uno llega al cementerio, bajo el sol inclemente, comienza a picarle el cuero
cabelludo-, terminé mi baño vaquero, tomé mi morral para seguir subiendo,
cuando estoy sólo por los caminos de mi cerro el Ávila, voy realizando mis
oraciones agradeciéndole a Dios, al Arcángel San Rafael por ser mi compañero de
viaje, pensando en mi familia, en mi mamá, en mi abuela, que gracias a ellas
amo tanto el monte, esa es parte de mi herencia, y de genes, eso es lo
maravilloso de subir a mi cerro, lo convierto en un templo para ir realizado mi
vigilia.
Logré llegar al Mirador El Eden, vi que
estaba una dama que subió también temprano, y a dos excursionistas disfrutando
de la vista, a esa hora como las 8 de la mañana, llamé a mi esposa para
informarle en qué etapa me encontraba, ella ya sabe que él recorrido se realiza
en varias etapas, sin descansar mucho tomé la decisión de tomar la pica Dos
Banderas, los otros excursionistas tomaron la ruta 77, vi que llegaron dos
excursionistas más, los saludé, comencé a escalar la famosa pica de Dos
Banderas.
Al
principio de la pica hay cierta dificultad por la erosión del agua de lluvia,
después va mejorando, apoyado en mis bastones fui ascendiendo la ruda pica, a
muchos no les gusta subir por aquí, por ser muy inclinada, con poca vegetación,
a mi lado izquierda tenia al pico Oriental muy bello, ni una sola nube en su
cumbre, a medida que uno va subiendo se puede apreciar a todo el este de la ciudad de
Caracas, la pica está dividida en tres secciones, al llegar a la segunda
sección, como un regalo de Dios para mí, comenzó lloviznar, y nublarse, pero
con sol cuando de repente, se formó un gran arcoíris, que nacía de la Urbina
hasta el pie del Cerro el Ávila, Grité a todo pulmón, Gracias Dios por tan
hermoso espectáculo, sentí en ese momento una paz espiritual, fascinado viendo
el arcoíris, en ese momento llegó un excursionista, lo saludé, le comente que
si había visto el arcoíris me dijo que no, él se quería tomar una foto con su
teléfono, le dije que si quería les tomaría la foto, me dio su teléfono, le
realicé varias, le comente que revisara las fotos a ver si las había tomado,
las chequeo, me dijo que habían quedado bien buenas, nos despedimos, el siguió
su ascenso, cada quien lleva su paso, seguí ascendiendo por la tercera sección
de pica Dos Banderas hasta llegar al semi plano, donde se puede admirar la
hermosa vista a la ciudad de Caracas, y el imponente Pico Oriental y la Fila
Maestra, aquí realicé mi primer descanso, me senté en el borde de la montaña,
me comí una naranja californiana y un cambur, después de un breve descanso seguí
la marcha para afrontar una bajada para llegar a la intersección de las picas
de la Ruta 77 y la Pica Dos Banderas.
Desde
aquí se comienza a subir por un hermoso bosque, a un paso de excursionista
disfrutando del concierto de aves, poco a poco iba ascendiendo al cabo de un
rato comenzó un gran desfile de excursionistas que pasaron la noche en el Pico
Naiguatá, lo saludaba, le preguntaba que como habían pasado la noche, me
comentaba que con mucho frío, despejado y que la luna alumbró toda la noche,
mientras iba subiendo muchos venían ya bajando, algo que tengo que acotar para
todos los excursionistas y corredores, siempre tiene prioridad él que va
subiendo, para no quitarle el impulso o el ritmo que él trae, es una
recomendación mundial, hasta para los vehículos, digo esto porque mientras yo
subía, muchos grupos no dan paso, me tenía detener para que ellos pasaran.
Pica las Toyota, es fascínate este camino,
pasé de nuevo por árbol que está en el medio del camino, que parece un bonsay, al
alzar la mirada logré ver al pico Goering, muchas personas bajando, por aquí me
pasaron los dos excursionistas, que vi en el Mirador del Eden, subiendo saludaba
a las personas que venían bajando, les daba la recomendación de que él camino
por su mano derecha estaba mejor, logré conquistar al Pico Goering, estaban todas las piedras ocupadas por los visitantes, bajé hasta las otras piedras,
allí realicé mi segunda parada, saqué de mi morral otra naranja y un plátano
maduro, logré llamar a mi esposa para informarle que ya estaba en la segunda
etapa del recorrido, como siempre le doy la advertencia que si no puedo
comunicarme, es problemas con la red de telefonía, descansé un buen rato, para
seguir subiendo en busca del Pico Urquijo, ya el tráfico de personas bajando
disminuyó, bajaron todos en cambote, La hermosa vista del pico es maravillosa,
se ve toda Caracas y la Fila Maestra, una de las cosa que llamó mi atención que
vi en el pico Oriental, como unas cuevas que no había detallado en mis excursiones, ya de aquí en adelante el camino se torna suave con algunas
subidas, desde aquí comienza el espectáculo de las formaciones rocosas que
poseen, en estos picos, pude apreciar muchos pocitos de agua de lluvia, al rato
llegué al Pico Urquijo, con su letrero todo dañado y viejo, desde aquí comienza
las fuertes subidas con grandes rocas, después de un largo recorrido, llegué a
la intersección de cruce de la Fila Maestra y el Pico Naiguatá, aquí me
encontré los excursionistas, los saludé felicitándolos, ellos se quedaron un
rato a descansar, yo seguí subiendo, disfrutando de las formaciones rocosas, pasé
por la zona en donde la piedras brillan, es un sube y baja, maravillado por las
formaciones rocosas son impresionantes, majestuosas, el día estaba espectacular,
despejado, lograba ver la cumbre del pico Naiguatá, en la Cruz de Metal no se
aprecia a nadie en la cumbre, ya estaba cerca de la Piedra la Arepa, cuando vi
un letrero que dice la Emplanada, pero no es la información correcta, no se
quien lo colocó hasta allá, se puede prestar a confusión, a pocos metros llegué
a la piedra conocida por todos como La Arepa, tapada de monte, a pocos metros
estaba famoso letrero de Pico Naiguatá, todo viejo y destartalado, ha aguantado
unos buenos años, llegué a la zona de
los “Platos del Diablo” yo: Hernán Sira, prefiero llamarlos los “Platos de
Dios”, por ser una creación tan perfecta, esta vez como no tenía apuro, subí
hasta uno de ellos, me metí debajo de una enorme roca plana, desde este techo
de roca, llamé a mi esposa, que está en la isla de Margarita, le comuniqué que ya me faltaba poco para conquistar mi cumbre,
con la mala noticia que tenía calambres en las piernas, vi que venían bajando una pareja,
cuando me vieron, me preguntaron que si estaba perdido, le dije que no que estaba
haciendo una llamada, porque en ese lugar encontré cobertura, los felicité por
su cumbre, ellos siguieron bajando, yo seguí ascendiendo por las hermosas formaciones
rocosas que posee el Pico, se debe de seguir las marcas que están colocada los
arbustos, teipes blancos o cualquier bolsa amarradas, si las sigues jamás te
perderás, justo antes de llegar a la piedra que tiene una cara de un Mono, me
dieron unos calambres en las piernas, años sin que me pasara esto, imagínense si
uno que está en condiciones físicas, le da unos calambre, no quisiera imaginar
lo que le podría pasar a una persona que no esté en buenas condiciones, aquí me
pasaron los otros excursionistas, le comenté que estaba descansando, porque
tenía calambres en las piernas, me dijeron descansara que ya faltaba poco, me
di unos masajes en mi zona afectada en los muslo, saqué de mi morral Siempre
Listo, un sobre de Sal y dos huevos sancochado, la sal ayuda y evita los
calambres, son la experiencia que da el ser un corredor, me levanté estire un
poco las piernas, ahora me tocaría enfrentar la fuerte subida por las rocas,
para llegar al anfiteatro, bajé por el camino, es impresionante la vista de tan
hermoso lugar, es algo mágico este pico, porque se encuentra agua por todos
lado, se tiene que pasar por una zona inundada saltado entre piedra y piedras
que han colocado los excursionistas, Anfiteatros es una zona espectacular para
acampar, en mi caso no lo he realizado aún, al llegar a la zona de carpas, un
grupo estaba levantando su campamento, los saludé a todos, conversé un rato con
los muchacho, a uno de ellos se le mojó su cartera tenía todo el efectivo,
secándose sol en sus diferentes categoría, le hice una broma preguntándolo, si
estaban bachaqueando efectivo en el Pico Naiguatá, risas, seguí el camino para
ir en busca de la Cruz de Metal del Pico Naiguatá no sin antes dar un vistazo a
las formaciones rocosas que siempre lo impresionan a uno por su grandeza y
belleza, caminé por el camino, el lado izquierdo esta un que va al Pueblo de
Naiguatá, y al lado derecho se encuentra
mucha agua en una pequeña laguna, tiene que pasar saltando también unas
piedras, desde aquí aún falta un gran tramo, hasta llegar al famoso mecate, comencé a subir ayudándome con mecate, que tiene muchos nudos, para hacer más
fácil su empuñadura, al final se encuentran muchos arbustos, lo recomendable es
seguir las marcas, levanté la mirada unos lazos de color fucsia, seguí el
camino marcado, logré llegar a la Cruz de Metal del Pico Naiguatá, ya en la cuesta
estaban tres de los excursionistas que habíamos comenzado a subir temprano, los
saludé con un fuerte apretón de mano, felicitándolos por su cumbre, les
comentaba que venía acalambrado, me dijeron que lo importante era que ya había
llegado, me quité el morral y los bastones, me ajusté la gorra para que el
fuerte viento no me la quitara, me dije Cumbreeeeeeeee, Hernán Sira,
agradeciéndole a Dios por haberme dado la fortaleza de conquistar mi cumbre, la
hermosa vista es realmente espectacular, logré apreciar toda la ciudad de
Caracas, el estado Vargas no se veía estaba nublado hacia la Guaira, estaba abrazado a la Cruz de Metal del
Pico Naiguatá cundo llegaron los dos excursionistas, saludaron al grupo, yo les
felicité por su cumbre, ellos estaban muy emocionado me dijeron que tenían como
7 meses que no subían al pico, ellos se estaban tomando selfil con su teléfono, le dije que si querían yo les
tomaría las fotos, me dijeron que sí, pero le dije con una condición, yo les tomé
las fotos, después me toman una a mí, y me la envían, me dijeron que si, les
tomé las fotos, luego ellos me tomaron dos fotos, uno de ellos me preguntó que
a donde me las enviaba, le dije que al grupo de Cerro El Ávila en el Facebook,
saqué de mi cartera una tarjeta de presentación, me dijeron que me las
enviarían, comenzó a nublarse un poco pero con una fuerte brisa, bajamos un
poco como dos escalones de la cruz, para descansar, aquí aproveché de almorzar,
los amigos me decían que se veía muy buena esa comida, le respondí que lo único
malo era que estaba fría, mi amigo me dijo que lo importante era que tenía
almuerzo, me di un buen banquete, mi arroz con pollo y plátanos sancochado con
mi café, compartimos nuestra cumbre, se fueron despidiendo uno a uno, para
comenzar el descenso, solamente quedábamos tres excursionista, cuando llegó un
cuarto excursionista, en solitario, los saludamos, lo felicitamos por su
cumbre, como yo estaba en la cruz de metal, le permití que disfrutara de su
momento, igualmente el joven sacó sus teléfono, amablemente le dije que me
permitiera su teléfono para tomarle algunas fotos, me entrego el teléfono, pero
el lente de la cámara estaba empañado, lo limpie un poco, le realicé algunas
fotos, me agradeció, bajé para refugiarme de la brisa, saqué de mi morral una
naranja, la pelé con mi navaja, la piqué en cuatro porque solamente en ese
momento estábamos cuatro excursionistas, realicé un brindis con un trozo de
naranja, le di un pedazo a cada uno, muy agradecidos, me dijeron que estaba muy
rica y dulce, uno de los excursionistas se despidió, los otros dos
excursionistas se acostaron, mientras yo seguí esperando a ver si se despejaba
la Ciudad de Caracas, me quité la gorra y me puse mi gorro de frio de Mérida,
porque temía que se me fuera volando mi gorra, al rato saqué una manga, la pelé
y la compartí con mis compañeros de cumbre, esa es un principio lo que se tiene
allá arriba, se comparte, comencé a recoger mis pertenencias, me despedí de mis
amigos, descendí por todo el camino, hasta llegar al famoso mecate, bajé por la
pica hasta llegar a la pequeña poza de agua,
agarré la semilla de la manga y la sembré a ver si se da, al lado de la pequeña
poza, quien quita que se dé allá arriba, llegué a la zona de carpas y los
muchachos aún no habían partido, justo en el momento que estoy pasando veo que
se están tomando una foto grupal, con un teléfono montado en una piedra, en
modo de disparo automático, le dije que si querían les tomaba una foto, una
joven me dijo que me metiera en el grupo para que saliera en la foto le dije,
que no, que muchas gracias, la joven me dio su teléfono inteligente para que
les tomara la foto, les sugerí que se movieran para que se viera las piedras
del Anfiteatros al fondo, se colocaron
el grupo, le realicé varias fotos al terminar de tomarles las fotos le dije a
la muchacha, que las viera a ver como quedaron, si le gustaban o si se repetía
la toma, la joven las vio, me dijo lo siguiente, Señor esta es la mejor foto
que nos han tomado en esta excursión, le dijo a uno de sus compañeros en son de
bromas, ni tú, con tu cámara nos has realizado una foto tan buena, me despedí
del deseándole un feliz descenso, pasé nuevamente por la zona inundada para
saltar las piedras comencé a subir la pica, para salir del Anfiteatro, justó
antes de salir vi una roca con forma de camioneta cómo el de la película de Cars, casi que
inmediatamente se comienza descender por las grandes formaciones rocosas, ya se
veía a la Ciudad de Caracas, fui bajando pero disfrutando del paisaje, el
recorrido bajando es maravilloso, te permite ir apreciando todo el panorama,
rápidamente llegué a los Platos de Dios, llamé a mi esposa informarle que ya había
realizado mi cumbre, me felicitó, le informé, que ya estaba descendiendo,
pasé por la formación rocosa conocida,
como La Arepa, seguí bajando, paseando sin mucho apuro, vi la hora en mi
celular en las dos y de la tarde, logré
alcanzar a los otros excursionistas, justó en la intersección de la Julia y la
Fila Maestra, hoy se dio la oportunidad de realiza un gran reto, conocer la Fila Maestra, un amigo del
grupo del Cerro El Ávila, me comentó que estaba en buenas condiciones pero muy
llena de monte, me despedí de mi amigos,
le dije que nos veríamos en Mérida, nos
presentamos, me dijeron que con mucho gusto, comencé subir el camino dar inicio
a una verdadera travesía, se me presentó la oportunidad, recordando siempre mis
canciones de scouts, que decía algo así, “ Si tú tienes muchas ganas de
caminar, Si tú tienes muchas ganas de caminar, y Si tienes la ocasión y no hay intervención,
no te quedes con las ganas de caminar”, muy cautelosamente comencé el recorrido
del camino, sabía que lo primero que me encontraría era las Puerta de Hércules,
son dos grandes y enormes piedras una al lado de la otra, bellísimas, como para
hacer un comercial o una película, les pasé por un lado y seguí el camino, la recomendación
principal es seguir las marcas que han dejado otros excursionistas, llevar agua
suficiente para el largo recorrido de un sube y baja de más de 5 kilómetros de
longitud, comencé a subir por el filo de
toda la montaña, unas grandes roca con una vista muy bella y
espectacular de Caracas y el Pico Naiguatá, la Guaira no se mostró en todo el día,
al rato realicé una parada, porque una de mis piernas se me acalambró, me comí
una manga, luego seguí todo el camino, a lo lejos veía la montañas que tenía
que subir, después de un largo recorrido, llegué a un
pequeño Mirador , donde pude ver lo grande y maravilloso que es el Cerro El Ávila,
a mi lado izquierdo el imponente Pico Naiguatá y a mi lado derecho el otro
imponente Pico Oriental, yo sólo era un punto en esa grandeza de montaña,
maravillado con todo lo que estaba admirando, pero jamás pensé que sería tan
dura este reto, ya mi cantimplora se estaba acabando el agua, tuve que
colocarme un sweater manga larga porque el monte estaba muy alto, me estaba
rasguñando mucho los brazos, cada vez me acercaba más al imponente Pico
Oriental, estaba conociendo la cara
Norte de este pico por primera vez en mi vida, se puede apreciar un bosque
inmenso entre los dos picos, lleno de mucha árboles y se asoman algunas palmas,
al llegar al pie del Pico Oriental es que comienza duro el ascenso por una pica
muy empinadas, pero seguras, nada peligroso, después de un largo recorrido, sabía
que algún momento terminaría la subida y llegaría a la intersección del camino
hacia la Cruz de los Palmeros de Chacao, al fin llegué a un plano que sirve
para acampar, es de notar que en todo el recorrido no hay agua, al fin me topé
con el letrero que anuncia la entrada a la fila maestra, ya de aquí lo que me
tocaba era bajar hasta la intersección de la Silla de Caracas, ya muy cansado,
fui descendiendo poco a poco, llamé a mi esposa para informarle en donde estaba
en ese instante, ya me había quedado sin agua, realicé una parada en el pico
Oriental para comerme mi última manga, con la esperanza que en Sabas Nieves, encontraría
agua, la Ciudad de Caracas despejada, acompañándome esta ves ya la tenía más
cerca, llegué a la intersección de la Silla de Caracas pero ya era muy tarde,
sin agua no podía seguir, decidí bajar por Altamira, en el camino me di un
golpe en una de mi uñas de los pies que se me hizo una ampolla, más los
calambres, tuve que bajar la velocidad, poco a poco fui descendiendo, hasta
llegar al refugio; De No Te Apures, vi que en realidad, desarmaron el refugio,
tal vez sea para mejorarlo, tenía dos opciones bajar a la quebrada o seguir
bajando, me dije puedo aguantar hasta Sabas Nieves, ya el sol de los Venados
estaba anunciado la despedida del día, escuchando a los pájaros y creo que
escuché a los monos de Sabas Nieves, a rato logré llegar al Banquito de Sabas Nieves,
ya la ciudad se estaba encendiendo con sus luces, seguí bajando por las curvas
de la pica, por aquí me pasó un corredor a muy buen paso, lo saludé, él iba
hasta el banquito, mientras yo ya iba de bajada a Sabas Nieves, luego vi a uno
tres personas más, al llegar a Sabas Nieves estaba todo, oscuro, me quité el
morral y los bastones, para ir a la toma de agua y equipar mis potes, me lave
la cara y la cabeza, de la casa del guarda parque salieron dos personas, me
preguntaron que si me iba a quedar a acampar le dije que no, que venía del pico
Naiguatá, me preguntaron que como estaba el camino le dije que el monte estaba
muy alto, me dijo que informaría a ver si lo limpian, me despedí, pasé por la
gruta de la Virgen La Milagrosa, me persigné, le agradecí su bendición y
amparo, como todo estaba ya oscuro, saqué de mi morral Siempre Listo, mi linterna,
para mi mayor sorpresa, no tenía casi pilas, creo que se encendió ella sola en
el bolso, menos mal que tengo otra que funciona a cuerda de dinamo, hay que
girarle una manecilla para que cargue, pero lo peor fue que se me cayó un
cristal de mis anteojos y rodó por la pica, tuve que buscarlo hasta que lo
encontré, a esa hora venían bajando un señor, un muchacho y una muchacha con
una linterna que alumbraba bastante, bajé a su lado comentando mi travesía, me
felicitaron al llegar a la entrada principal de Sabas Nieves en el puente que
está alumbrado me despedí del grupo, se despidieron de mí, le avisé a mi esposa
que ya estaba en Altamira, pero a esa hora no pasan las camionetas tendría que
bajar hasta la estación del metro de Altamira, muy preocupada por la hora, bajé
poco a poco hasta la estación del metro Altamira, bajé a la estación para
dirigirme hasta la estación de Pérez Bonalde, al llegar tuve que subir por todo
el boulevard para llegar a mi casa, cansado pero feliz de haber realizado este
recorrido que tenía pendiente de hace muchos años, mi esposa molesta conmigo,
por mis locuras, le respondo soy una persona con experiencia, la gran mayoría de
mi excursiones las he realizado sólo, no porque quiero sino porque a veces uno
no encuentra gente con los mismo deseo o proyectos, los que subían conmigo ya
no están en el país y los que están ya no practican ningún deporte, no es un
proeza, es simplemente una excursión de 12 horas las cuales disfruté al máximo,
tenía muchos años sin subir al Pico Naiguatá, muchos menos llevar mi morral con
peso, pero les aseguro que todo lo que llevé en él lo usé casi todo, esta vez subí
mi bandera nacional, pero se me olvido sacarla, pero es su primera vez de esta
bandera, porque las anteriores las he obsequiado, Dios fue muy benevolente
conmigo, me regaló un días espectacular para caminar por mi amado Cerro el
Ávila, un día despejado con mucho sol, conquiste la cumbre del Pico Naiguatá, La
Fila Maestra y la cara norte del Pico Oriental, por Hernán Sira
Fotos de la fila Maestra tomada del muro Parque Nacional Avila
Fotos de la fila Maestra tomada del muro Parque Nacional Avila
Fotos de la fila Maestra tomada del muro Parque Nacional Avila
Fotos de la fila Maestra tomada del muro Parque Nacional Avila
Así llegué a mi casa con una ampolla de sangre en la punta de mi dedo, mi hija Mariangel Sira me realizó los primeros auxilio
Que subí en mi Morral Siempre Listo
Mi mini maletín de primeros auxilio
Dos linternas, repelente, herramienta multiuso
dos, aguja e hilo, gel antibactrial.
Un impermeable para hombre talla M, nuevo de
paquete lo he subido infinidades de veces al cerro y jamás lo se ha usado
Sweater manga larga, guantes para el frío, gorro
para el frío
Mis dos bastones de traking
Mi bandera nacional
Juegos de cubiertos
Dos envase de agua
Bota de cuero para el agua
mini termo para el café
Mi almuerzo (arroz con pollo y plátanos
sancochado
4 mangas
. 3 naranjas californiana
Azúcar
Sal
Dos huevos sancochado
Navaja
Bolsas Plásticas
Papel higiénico
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