Visitando a Puerto Cruz (La Guaira-Venezuela)

 


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Visitando a

Puerto Cruz

(La Guaira-Venezuela) 

Autor: Hernán José Sira Pérez        

                                                                    

                                     

En la Ciudad de Caracas, 13 de abril de 2021

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Me traje a Puerto Cruz      

Del estado Vargas,

 En mi mente, en mi memoria y en mi corazón,

Quiero compartirles mis vivencias con ustedes,

Para que admiren el regalo tan maravilloso,

 Qué nos otorgó, El Dios Padre,

Nuestra hermosa Venezuela

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Índice General

 

Dedicatoria

Página Número

5

Puerto Cruz

Página Número

6

Primera Visita a Puerto Cruz

Página Número

8

Segunda Visita a Puerto Cruz

Página Número

14

Tercera Visita a Puerto Cruz

Página Número

 

20

Cuarta Visita a Puerto Cruz

Página Número

 

27

 

Agradecimiento

Página Número

30

Anexos

Página Número

31

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Dedicatoria

 

Primero que todo quiero darle Gracias a Dios, a la Virgen, a todos los Arcángeles y Ángeles, que nos cuidaron y protegieron en el viaje, al estado Vargas, por esa carretera de tierra, cruzando la montaña, desde Caracas, El Junquito, vía a la Colonia Tovar.

Quiero dedicarle este escrito a mi primo-hermano: Ángel Pérez, por ser mi hermano mayor, por enseñarme, muchas cosas, algunas de ellas: tocar los instrumentos musicales, la charrasca, la tambora, las maracas, por ser mi tutor: enseñándome la mecánica de los carros, por enseñarme a manejar, por prestarme su moto, por iniciarme al mundo de la electrónica, y a la buena música.

Dedicarle este pequeño relato a mi tío: Luis Santiago, (Q.E.P.D.) por llevarme a pasear a esa zona de la Guaira, gracias a él, conocí a muchos pueblos y playas, por sus concejos, recomendaciones, por tanto, amor hacia mi familia,

Quiero dedicarle este pequeño, escrito a mis grandes amigos de Los Rosales, por el hermoso compartir, en ese fin de semana, en Puerto Cruz, del estado Vargas, en la década de los setenta, lamentablemente no recuerdo sus nombres.

Quiero dedicarles este escrito a mis amigos de la Urbanización: Luis Hurtado Higuera.  

Quiero dedicarles este pequeño foto-documental a todos los Primos y Sobrinos que viven en la Urbanización: Luis Hurtado Higuera, en el kilómetro 12 del Junquito.

Quiero dedicarle estos recuerdos a mi gran amigo: Marcial Juliat, (Q.E.P.D.)

 

Puerto Cruz

 

Según la tradición oral, Puerto Cruz tuvo un primer nombre muy antiguo, Puerto Cagua, el cual tiene su origen en los indígenas Caguas, que, junto a los Panariwa, los Suapos y los Mayas, residieron en toda la zona que va desde el río Limón (antiguamente conocido como río Cagua) hasta Puerto Cagua. Se extiende incluso hasta bahías cercanas como Puerto Maya y Chichiriviche, zona con abundantes huellas que denotan la presencia precolombina.

Después de la llegada de los españoles, los indígenas fueron exterminados, desapareciendo casi por completo. Luego, los esclavos africanos traídos por los colonizadores se dedicaron a trabajar y establecieron posadas para los dueños de haciendas alemanas. En los años 60 los descendientes de aquellos alemanes le venden su propiedad a la Electricidad de Caracas.

La fuente de ingreso principal está basada aún en la pesca y el turismo. Es un sitio poblado con gran valoración comunitaria. Todas las casas son del tipo aislado. El pueblo tiene una sola calle entorno a la cual se organizan todas las casas.

Al oeste del Estado Vargas, a una hora de la Colonia Tovar, se encuentra Puerto Cruz, este pequeño poblado movido por su actividad 100% pesquera y turística. Puerto Cruz es la última playa de la zona oeste de Vargas y aloja una bahía muy famosa por sus profundas aguas azules, enmarcada entre montañas, donde podremos deleitarnos con la belleza de una cascada que nos da la bienvenida al puerto.

Gracias al desarrollo y la organización de sus pobladores podemos encontrar servicios de hospedaje en posadas que brindan la calidez de sus pobladores. Encontrará también ambulatorio médico.

Ya pasando la escuela del pueblo, nos encontraremos con un hermoso camino escoltado por altísimos cocoteros rodeados de enramadas hasta llegar a la Bahía.

Cuando este ahí, usted no puede dejar pasar por alto los restaurantes que rodean el área de servicios. De igual forma encontraremos baños y duchas. Los paseos y traslados de lanchas de los pescadores son organizados a playas contiguas como lo es Puerto Maya.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Primera Visita a Puerto Cruz

 

Recordando ando, una de mis amigas de las redes sociales, compartió una foto del pueblo de la costa de la Guaira, de su lado Oeste, del estado Vargas, a Puerto Cruz, llegaron a mi mente, los recuerdos de un pasado feliz, muy feliz, comenzaré por relatarle lo siguiente:

Les comento que a esta hermosa bahía, la visité muchas veces, pues nos quedaba muy cerca del Junquito, donde vive mi Familia: Los Santiago, en la urbanización: Luis Hurtado Higuera, en el kilómetro 12, de la carretera del Junquito, siendo yo un adolecente, mi primo-hermano: Ángel Pérez, me invitó a pescar, nos fuimos un fin de semana en su Jeep, en la semana previa, equipamos y reparamos él jeep, le chequeamos toda la mecánica, mi primo invitó a unos de sus amigos, que vivían en: Los Rosales, en la ciudad de Caracas, él día viernes los fuimos a buscar, a eso de la 2 de la tarde, al llegar a la urbanización, pasamos por la zona, donde mi mamá, nos llevaba a visitar a unas de mis tías, en una de las Quintas, donde trabajaron: mi Tía: María Perdigón y mi mamá: Rosa Eudocia Pérez Perdigón, cuando eran unas adolecentes, al llegar a la casa de los amigos, me presentaron, a un señor y a su hermana, subieron sus bolsos y provisiones, por supuestos sus cañas de pescar, al jeep, desde ese instante comenzó el viaje.

Subimos por la carretera del Junquito, al llegar al Pueblo del Junquito, nos paramos, a realizar unas compras, por supuesto pasaron por una licorería, para ir bien equipado, para el puerto.

Recuerdo que ese día estaba haciendo mucho frío, con una neblina, muy densa, que no se veía la raya de la carretera, hasta que logramos llegar, al arco de Bienvenida de La Colonia Tovar, tomamos la carretera a mano derecha, para bajar por una larga carretera, que tiene muchas curvas, en esa época era de tierra, la fuimos descendiendo, admirando la hermosa vista, porque se detalla, a la bahía desde lo lejos, al rato logramos llegar al pueblo de Puerto Cruz.

Nos estacionamos al lado derecho del pueblo, al lado del pequeño riachuelo, montamos una hamaca, recuerdo que, al bajarme del jeep, me acerqué a la orilla del mar, para admirar la hermosa bahía, ese día llegamos, casi que oscureciendo, así que comenzamos a prepáranos, para pescar ese día, unos de los amigos de mi primo, me enseñaron a sacar lo erizos, que se pegan en las rocas, nos metíamos al mar, con un palo, despegábamos los erizos de las rocas, al despegarse quedan flotando en el mar, lo tomábamos por las espinas más gruesas, con mucho cuidado, los metíamos en un tobo, algunos nos los comíamos crudo, con sal y limón, el amigo de mi primo, con un palo los partió en el tobo, nos fuimos caminando por la orilla de la playa, hasta las cruces, que están, justo a la entrada de la bahía, allí lanzamos a los erizos, que brotaban toda su sangre, eso hizo, que se acercaran los peces a comer, nosotros aprovechamos para pescar, esa noche nos fue muy bien, pescamos lo necesario, para desayunar al día siguiente.

 

 

 

En este hermoso trabajo fotográfico, se puede apreciar unas de las cruces, saliendo de la hermosa bahía, (Fotografía cortesía de Facebook, en Puerto Cruz, en el estado Vargas, en nuestro fastuoso país Venezuela, por Smile Sea)

 

 

 

 

 

 

Puerto Cruz, es ideal, para pescar, por ser muy profunda, uno se mete al mar, a tan sólo dos metro ya es profunda, pasamos la noche pescando, conversando, cantando, compartiendo con los amigos de mi primo, que a su vez eran amigos, también de mis hermanos mayores, ellos jugaron futbol, en su época de adolescencia, en el campo de futbol de Los Rosales, ósea que estaba en buenas manos, esa noche dormimos dentro del jeep, pero el calor era insoportable, que me salí del jeep, me acosté en la hamaca.

Al día siguiente, nos despertamos temprano, queríamos aprovechar la primera hora de la mañana, cuando el mar está más tranquilo, nos fuimos caminando por la orilla de la playa, pasamos por la zona, donde estaban los erizos, nos metimos a sacar algunos, pero con la mala suerte, que entró una ola, y nos sorprendió, nos pegó a las piedras, para mi mala suerte, al poner mi mano derecha, para subirme, me agarré de un erizo, o sea que salí con la mano derecha, toda llena de espinas, algunas superficiales, otras muy profunda, me las fui sacando una a una, con otra espina de erizo, caminamos por toda la orilla de la playa, hasta llegar a la Cruz, son dos cruces, cada una está entrando a la bahía, una en el lado Este, y la otra esta al Oeste, pescamos muchos peces, nos regresamos al jeep, para ir a comer, en la noche con una vela, me echaba en la mano la cera caliente de la vela, para sacarme las espinas de los erizos, mi primo; Ángel Pérez, muy preocupado, que no me fuera dar fiebre, esa noche.

Disfrutamos de la playa, es maravillosa, para bucear, pude apreciar con una careta, muchos peces, en la desembocadura del río, se veían los peces pequeños y grandes, es impresionante bañarse en este lado de la playa, porque a veces del mar saltan los peces, en nuestra última noche, nos fuimos nuevamente a la cruz del lado Este del Pueblo, por ser más profunda, también porque es mar abierto esa zona, esa noche pescamos casi dos tobos, full de pescados, unos pequeños y unos 4 grandes, nos regresamos al jeep, para ir a dormir, así que pasamos la noche echando broma, tocando guitarra, cantando, a lado de la fogata.

Si detallan la fotografía, se aprecian a muchos peñeros, amarrados a los árboles, (Fotografía cortesía de Facebook, en Puerto Cruz, en el estado Vargas, en nuestro fastuoso país Venezuela, Trabajos fotográficos de: Smile Sea)

 

 

 

 

Ya el día domingo,  pescamos a la orilla de la playa, habían un cardumen de peces, ya al mediodía nos dispusimos regresarnos, él amigo de mi primo, nos puso a limpiar todo los pescados en el río, para que no se nos fueran a dañar, le colocamos sal, ya nos quedaban muy poco hielo, en el pueblo no había hielo, menos mal que habíamos comprado media panela, los pescados más grande, los traíamos cómo trofeos, atados en el espejo retrovisor del jeep, del puesto del copiloto, por la carretera las personas, nos felicitaban, algunos nos preguntaban; que en donde lo habíamos pescado o comprado, otros nos preguntaban, que sin no los vendíamos, logramos llegar al Pueblo del Junquito, bajamos hasta la ciudad de Caracas, para llevar a nuestros amigos, los dejamos en la puerta de su casa, en los Rosales, nos despedimos, nos regresamos, para el Junquito, a la casa de mi Tío: Luis Santiago, en el kilómetro 12, en la urbanización Luis Hurtado Higuera, esa fue mi primera visita, al Pueblo de Puerto Cruz.     

 

 

 

 

 

 

 

 

Segunda Visita a Puerto Cruz

 

Un día a mi amigo: Marcial Yuliat, que vivía  en la Urbanización: Luis Hurtado Higuera, en el kilómetro 12 de la carretera del Junquito, se le ocurrió la idea, de ir a la playa, nos fuimos emparejados, en moto hasta Puerto Cruz, le pedí prestada la moto a mi primo; Ángel Pérez, sin dudarlo un instante, me dio la llave, recuerdo que no me dijo nada, sólo que disfrutara de la brisa, llega a mi mente, que era una moto 250 marca SUZUKI, de motocrós enduro, en cambio mi amigo: Marcial Yuliat, iría con una moto de su hermano; una gran Moto HONDA, tipo carrera, una señora máquina, ese día era un viernes, equipé, la moto con gasolina, en mi morral, llevé comida, quedamos en salir de la Urbanización: Luis Hurtado Higuera, a las 7 de la mañana, para que nos rindiera el día, recuerdo que ese día me tocó, sacar la moto del garaje de la casa, empujada, para no hacer bulla, mi tío: Luis Santiago y mi tía: Cecilia De Santiago, no querían que yo, anduviera montado en moto, mucho menos mi mamá: Rosa Eudocia Pérez Perdigón.

A salir del garaje, bajé por la tercera vía, del sector de Las Tres Vías, donde vive mi familia, prendí la moto, bien lejos de la casa de mis tíos, fui a buscar a mi amigo, a su casa, cuando llegué, ya me estaba esperando, como siempre con sus chistes; Pa´ Donde Vas Tu, me dijo: le respondí: Pa´ la Playa, mi hermano, quedamos en re-encontrarnos, en el kilómetro 12, mientras yo iba a buscar a una novia en el kilómetro 9, pasé recogiendo a mi novia, a su casa, subimos hasta el kilómetro 12, para esperar a mi amigo con su novia, lo esperamos un largo rato, hasta que al fin escuchamos la moto llegar, él problema fue, que a la muchacha no le dieron permiso, tuvo que esperar a que, se fuera su papá a trabajar, le dijo: a su mamá que tenía que ir al Liceo: Augusto Pisuñer, a estudiar, en el kilómetro 17, aprovechamos la parada, para hacer algunas compras en la panadería, yo nunca había manejado una moto de alta cilindrada, así que le dije: a mi amigo, que porque no me dejaba, subir en la moto de su hermano; me dijo: como tú quieras; Hernán, nos montamos en las motos, yo salí detrás de mi amigo, todos contentos, por supuesto, yo muy emocionado, al volante de tan potente moto, casi que inmediatamente, llegamos a la gran recta del kilómetro 13 de la carretera del Junquito, aproveché, para probar la moto, solamente recuerdo, que me hizo llorar, por la velocidad que agarré, de mis ojos salían lagrimas por la velocidad, al terminarse la recta, aproveché el impulso, para ir subiendo las largas subidas de la carretera, hasta que llegamos al liceo: Augusto Pisuñer, en el kilómetro 17, para que la novia de mi amigo, dejara un libro, y firmara el libro de asistencia, algo así, recuerdo, cuando la novias de mi amigo bajó de la loma, le pregunté: a mi amigo que si quería, cambiáramos las motos, me dijo; que te pasa, estas asustado, para no decir la palabra, que me dijo ese día, seguimos subiendo por la carretera, hasta que llegamos al Pueblo del Junquito, veníamos echándole mucha broma a la muchachas, le decíamos: que nos íbamos a meter, en un Hotel, mi novia de esa época me decía: que por ella no había ningún problema, risas, risas, por todo el camino, pasamos por la bomba de gasolina, para llenar los tanques, yo llené, una jarra por si acaso, aprovechando que después del pueblo del Junquito, casi no transita vehículos, veníamos subiendo emparejados, muy rápido, un día muy despejado y claro, llegamos al Arco de Bienvenida de La Colonia Tovar, ahora nos tocaría bajar, para ir en busca de Puerto Cruz, fuimos bajando poco a poco, realizamos varias paradas, hasta que llegamos, a la hermosa Bahía de Puerto Cruz, fui a saludar a unos amigos, que viven en el pueblo, pregunté por mi amigo: el Pescador, me dijeron que estaba en Puerto Maya, que vendría al medio día, que fue a buscar un encargo, pasamos el día en la playa, compartiendo bañándonos, casi que en solitario, no había ni un alma, en la playa, solamente algunos pescadores, reparando algunos botes, nadábamos hasta los peñeros, nos quitábamos los traje de baños, para echarle bromas a las muchachas, al mediodía, nos comimos unos pescados fritos, que compramos en unos de los kioscos, me fui con mi novia a caminar, para enseñarle los alrededores de la Bahía, caminamos hasta una de la cruces, cuando regresamos a la orilla de la playa, vi que estaba un señor hablando con mi amigo: Marcial Yuliat, al llegar me di cuenta, que era mi gran amigo: El Pescador, nos abrazamos, le presenté a mi novia, ellos creían que yo no conocía, a nadie en el pueblo de Puerto Cruz, después se dieron cuenta, que si conocía a muchas personas oriundas del pueblo, ya era hora de regresarnos, el camino ahora sería más largo, por ser pura subida, al acercarme a las motos, le pregunté a mi amigo, que en que moto iba a subir, me dijo: en la tuya, ósea que me dejó, subir en la moto de su hermano, él sabía, que yo cuidaría mejor la moto, que él mismo, salimos del pueblo de Puerto Cruz, para comenzar a subir, lo único bueno era, que ya estaba toda la carretera asfaltada, ósea que la subida, fue más rápida, de lo que pensábamos, llegamos al Arco de Bienvenida a La Colonia Tovar, mi amigo me avisó: que iríamos a buscar, algo en La Colonia Tovar, tomamos la vía hacia la Colonia, a una velocidad acelerada, para que nos alcanzara el tiempo, teníamos que dejar a la novia de mi amigo, antes de la 5 en su casa, dimos una vuelta por la Colonia Tovar, ya estaba haciendo mucho frío, nos paramos en el Mirador, donde nos tomamos unos chocolates caliente, salimos del pueblo de la Colonia Tovar, para regresarnos, bajamos por la carretera, hasta que llegamos a el Pueblo de Junquito, seguimos de largo, no nos paramos, le había dicho a mi amigo, que realizaríamos una parada, para comprar golfeados, en el kilómetro 18, nos paramos a comprar los golfeados, unos para comer y otros para llevar, ya era la hora de entregar a las muchachas, así que cambiamos de motos, para que cada quien, entregara a su novia, quedamos de encontrarnos, en el kilómetro 12, yo bajé hasta el kilómetro 9, para llevar a mi novia, hasta su casa, cuando llegamos saludé a mi suegra, y a los cuñados, nos dijeron dónde estaban ustedes, yo le dije: que en los Picapiedras, que para esa época, era un Hotel, se echaron a reír todos.

Me despedí de todos, subí hasta el kilómetro 12, a la entrada de la Urbanización: Luis Hurtado Higuera, para encontrarme con mi gran amigo, al llegar ya estaba esperándome, le pregunté: cómo le había ido, me dijo: que bien, que la mamá le preguntó a la novia de mi amigo: Qué porque estaba tan roja y bronceada, le dijo: que se puso a jugar voleibol en el liceo.  

A mi mente llegan estos hermosos recuerdos de mi mejor época, la de mi adolescencia, cómo mi amigo, me dio la moto de su hermano mayor, para que yo la manejara, sólo imagínense el sonido, que hacia la moto, cuando la aceleré, al hacerle los cambios, lo que me costó, en acostumbrarme fue, a su volante, la dirección es muy suave, a comparación con mi moto, cada vez que subía al Junquito, a la Urbanización: Luis Hurtado Higuera, mi amigo, me buscaba, para inventar cualquier salida, hacíamos competencias y apuestas, quién llegaba más rápido al kilómetro 12, en moto, a veces hacíamos apuestas, en darle la vuelta al barrio, o nos íbamos a la pista de motocrós de La Ceiba, para practicar los saltos, o nos íbamos a unos terrenos, que están por la carretera de la Hacienda de San José, un día me invitó a hacer motocrós, por una hermosa montaña, por los lados del kilómetro 13, justo al terminar la recta, unos parajes muy bellos,  una carretera de tierra de una sola vía, con grama, con una hermosa vista a la ciudad de Caracas, y los alrededores, llegan a mi mente el recuerdo, que una vez, veníamos haciendo competencia, llegamos a un salto juntos, las dos motos en el aire, chocamos los volantes, pero sin ningún inconveniente,  fueron unos buenos años, pero mi familia, no quería que yo estuviera con ese muchacho, consideraban que era una mala junta, porque sus hermanos mayores, supuestamente estaban por malos pasos, el tiempo, se encargó de separarnos, ya más nunca lo vi, una amiga de la Urbanización; Luis Hurtado Higuera, se casó con su hermano mayor, pero lo último que me enteré, que ya mi amigo falleció, hace muchos años atrás.

Realmente eso fueron unos años, maravillosos, tratando de recordar todas las aventuras, con mi amigo, después cambiamos las motos por los carros, él siempre llegaba con un carro, para invitarme a pasear por la urbanización, Luis Hurtado Higuera, su papá él señor: Juliat Padre, tenía un taller Mecánico, en el sótano de su casa.

En esa época, recorría a la Urbanización: Luis Hurtado Higuera, en moto, donde paseaba a mis amigas y novias, un pretendiente de mi hermana: Rosa Elena Sira Pérez,  mi gran amigo-cuñado, y compañero de Teatro a: Orlando Luna, él tenía una moto muy bella, de alta cilindrada, cuando visitaba a mi hermana, en la casa de mi tío; Luis Santiago, en la urbanización: Luis Hurtado Higuera, en el kilómetro 12 del Junquito, cuando se despedía de la familia, prendía su moto, cuando arrancaba, la escuchábamos, le calculaba los cambios que hacía, y hasta por donde iba, escuchábamos a lo lejos el sonido de su potente motor, ya va por el sector La Viuda, a veces me prestaba su moto, a los años nos volvimos a encontrar, en la Urbanización de Vista Alegre, en una misa de Aguinaldo, en las patinatas que se hacían en la Calle 3 de Colinas de Vista Alegre, justo en el Parque Monagas, mi amigo había cambiado de moto, por una más potente, me invitó a que la probara, así que bajé por la gran bajada de Colinas de Vista Alegre, hasta que llegué a la Iglesia, para volver a subir a la calle 3 de Colina, para enfrentar la larga recta, llega a mi mente el recuerdo, que nuevamente la moto me hizo volver a llorar, por la velocidad que agarré en la larga recta, casi llegando al final de la recta, disminuí la velocidad, para regresarme al Parque Monagas, para entregarle la moto a mi amigo, me preguntó que me había parecido la moto, le dije: que era mucha máquina para un hombre, me bajé de la moto, al rato se despidió de mí, con un gran abrazo,  recordando los buenos momentos y los malos momentos, donde por primera vez escuché la canción: Funeral Para Un Amigo, del cantante Elton John, por un lamentable accidente vehicular de unos amigos de la urbanización: Luis Hurtado Higuera.             

 

 

 

 

 

 

 

Tercera visita a Puerto Cruz

 

Pasaron los años, quería ir de nuevo a pescar a Puerto Cruz, lo tenía anotado en mi agenda de viajes, cuando llegaba las épocas de Semana Santa, o Carnaval, ya en esa tiempo ya era un Rover Scouts, equipaba mi morral, me iba sólito, agarraba un autobús, hasta el pueblo del Junquito, a veces agarraba una camioneta, hasta él arco de la entrada de La Colonia Tovar, otras veces pedía cola, o si no caminaba hasta la el arco de La Colonia Tovar, desde allí comenzaba lo bueno, caminaba, y a cualquier camioneta le pedía la cola, de caserío en caserío, iba descendiendo hasta que llegaba al Pueblo de Puerto Cruz, lo bueno era, que las personas al verlo a uno, con el uniforme de Scouts, y con un morral, nos daban la colaboración y nos daban la cola, recuerdo que tenía una carpa tipo militar, al llegar a Pueblo, me dirigí al puesto de Salvavidas, me le presenté al salvavidas, le dije: que era familiar del señor: Luis Santiago, me permitió que montara mi campamento al lado de su puesto, le dije: que haría: Mis Servicios Comunitarios:  limpieza de la playa, Primeros Auxilios, me le puse a la orden, fue una Semana Santa, que yo pensaba que la iba a pasarla sólo, pero no fue así, el señor Salvavidas, me fue presentando a sus familiares y amigos, cuando llegaban los peñeros, me decía, a trabajar; Sira, nos íbamos a ayudar a los pescadores: a bajar las redes, las nasas, las trampas y las cestas de pescado, a la orilla de la playa, se van aglomerando los compradores, al final de la jornada, me regalaban un tobo de CATACOS, algunas sardinas, al final de la tarde, me iba a la orilla del río, a limpiar los peces, para freírlos, hacia unas arepas, me sentaba a comer a la orilla del mar, es un sabor único e inolvidable, recuerdo, ese sabor fresco, solamente le colocaba un poquito de sal, y pal´ salten, que hasta mi amigo el Salvavidas, comía de mis pescados fritos, me decía: que me quedaban muy sabrosos, porque lo hacía bien fritos, cuando se hace a leña, se cocinan muy rápido, lo que hay es, que tomarles el tiempo, 5 minutos por cada lado, así pasaba los días en Puerto Cruz, a veces para matar el ratón, hacia una sopa de CATACOS, me iba a las bodegas del pueblo, para comprar, alguna verdura, papas y plátano verde, que es lo que se conseguía, en las bodegas del pueblo, o si no mandaba al Salvavidas, a pedir otras verduras, a las personas que estaban acampanado, yo montaba la olla, una lata de aceite, que era del Salvavidas, cuando ponía a sofreír, la cebolla y el monte, muchos personas se acercaban a mi lado, a colaborarme, lo cómico era que las personas traían algo, para agregarle a la sopa, de esa olla, comimos muchas personas.  

Estos son los peces que más pescan, en ese Pueblo de la Costa Oeste, del estado Vargas, los famosos Catacos, (Fotografía cortesía de Facebook, en Puerto Cruz, en el estado Vargas, en nuestro fastuoso país Venezuela)

 

Años sin visitar a: Puerto Cruz, como siempre le hemos dicho, a secas, allí aprendí: a ser Salvavidas, me tocó sacar a más de un ahogado, de la playa, las personas se confían, piensa que es una playa bajita, pues no, es muy profunda su orilla, me la pasaba montado en las Lanchas, en los Peñeros y a veces en los grandes Yates, anclado a la orilla de la bahía, una mañana estaba disfrutado de la playa, estaba montado en una lancha anclada, vi que llegaron un grupo grande de muchachos, estaban en la orilla de la playa, al rato vi que todos se lanzaron al mar, nadando hacia un peñero, que estaba anclado a la orilla de la bahía, eran como unos diez muchachos, nadaron todos hasta el peñero, se montaron, echaron broma un rato, vi que se lanzaron del peñero, para regresarse a la orilla de la playa, pude observar que se quedaron dos muchachos en el peñero, vi a uno de ellos tirarse del peñero, el otro muchacho se quedó sólo, un buen rato en el peñero, sus amigos lo animaban a que se tirara, al ver su aptitud, me dije a mi mismo, este muchacho está asustado, no sabe nadar, dicho y hecho, el joven se animó, se lanzó del peñero, pero, en vez de lanzarse hacia adelante, se tiró parado, todos lo vimos, yo me puse alerta, no lo veía salir a flote, sus amigos todos preocupados, en la orilla de la playa, yo era el que estaba más cerca del peñero, nada me tocó, lanzarme de la lancha, nadé hasta el peñero, no veía al muchacho, nadé alrededor del peñero, sus amigos me hacían señas, nadé hacia el fondo del mar, a un metro o dos metros de profundidad, pude ver su cabeza, lo agarré por los cabellos: (Afro), lo jalé hacia arriba, logré que flotara, me sujeté de la cuerda con la que estaba amarrado el peñero, afortunadamente el muchacho comenzó a pedir ayuda, lo tranquilicé, le decía: que se quedara tranquilo, lo animé, a que se montara nuevamente en el bote, solté el bote de la parte de adelante, jalé el peñero, por el mecate hasta la orilla de la playa, para que el muchacho, no nadara hasta la orilla, sus amigos lo ayudaron a salir de la playa, mientras yo regresé el peñero a su lugar, el Salvavidas, llegó a ayudarme, a amarrar el peñero, nadamos  hasta la orilla de la playa, con mi amigo él Salvavidas, los muchachos me agradecieron, por haber salvado a su amigo.

La hermosa bahía, y sus dos cruces, se detalla todos los botes amarrados con sus mecates, (Fotografía cortesía de Facebook, en Puerto Cruz, en el estado Vargas, en nuestro fastuoso país Venezuela, Trabajos fotográficos de: Smile Sea)

 

 

 

 

 

 

También llega a mi mente el recuerdo, que una linda y muy simpática muchacha, estaba flotando con un balón de fútbol, por toda la playa, cómo los botes inflables, y salvavidas inflables, están prohibido en la playa, cuando la vi, le di la advertencia, que por ser de cuero: que tuviera cuidado, no se le fuera a resbalar, pero como era muy antipática, no me hizo caso, al rato una ola, le arrancó su salvavidas, él balón de fútbol, tuve que lanzarme de un yate, a rescatarla, pero estaba muy asustada, que trato de aferrarse a mí, me rasguñó el cuello, tuve que gritarle que se quedara tranquila, la logré llevar a la orilla del mar, donde sus familiares la sacaron, luego fui a buscarle su balón de fútbol, al salir a la playa, estaba sangrando por los rasguños, los familiares de la muchacha, se me acercaron para agradecerme, le dije: a mi amigo: a el salvavidas, que no rescataba a más nadie, se murió de la risa, recuerdo que me comento: y lo que te falta amigo, nosotros ya hemos pasado por eso, llegó la hora más triste, la despedida, me despedí de mi gran amigo, recuerdo claramente, que le regalé, uno de mi sweaters blanco, sin manga, a él le quedaba mejor, que a mí, también por su color de piel, y por su cuerpo, lo rellenó con su cuerpo atlético, me hizo el favor de hablar con un chófer, para que me dieran una cola, en una camioneta, que me sacó del pueblo de Puerto Cruz, hasta el kilómetro 12, del Junquito.

(Fotografía cortesía de Facebook, en Puerto Cruz, en el estado Vargas, en nuestro fastuoso país Venezuela)

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Cuarta visita a Puerto Cruz

 

Un día con la excusa de ir a buscar a mi tío: Luis Santiago, que se iba a: Puerto Cruz, a pescar, para traer pescado fresco, venderlos en el Junquito, lo fuimos a buscar, con unos amigos de la Urbanización: Luis Hurtado Higuera, nos fuimos todos en la camioneta de pasajeros, realizamos el típico recorrido, nos accidentamos, tuvimos que reparar, la camioneta en plena carretera, hasta que llegamos, a Puerto Cruz, donde comenzamos a disfrutar del viaje, son unos hermosos recuerdos, que llegan a mi mente.

Las personas se bañan a la orilla de la playa, es muy profunda (Fotografía cortesía de Facebook, en Puerto Cruz, en el estado Vargas, en nuestro fastuoso país Venezuela)

Siempre les he recomendado a mis amigos, a la hermosa Bahía de Puerto Cruz, para realizar pesca, en esa playa se bucea, por ser muy clara su agua y muy profunda, la pesca allí es muy buena, recuerdo que un día, preparando mi caña de pescar, en la orilla del río, le coloqué la carnada, a los dos anzuelos, entré al mar, a la altura de mi cintura, metí la caña en el mar, para limpiarle la arena de la playa, que se le había pegado a la carnada, cuando la saqué, ya había pescado dos CATACOS, la gran mayoría de los pescadores, esperan el final de la tarde, para lanzar sus anzuelos, con unas boyas, algunos las fabrican con: unas cajas de cartón, la forran con plástico, y la utilizan de boya, es muy cómico, porque se ven la cajas, por toda la bahía.

 

La Bella Bahía, el río al lado derecho, (Foto cortesía de Facebook, en Puerto Cruz, en el estado Vargas, en nuestro fastuoso país Venezuela, Trabajos fotográficos de: Smile Sea)

A la mañana siguiente, esperan a ver si pescaron algo, o recogen el nylon a ver si traen algo en el anzuelo, ese día estando a la orilla de la playa, escuchamos a los pescadores gritar, había un nylon, amarrado a uno  de los rines, comenzaron a jalar el nylon, comenzaron a luchar y pelear con un pez, pero el pez estuvo dando una dura batalla, hasta que el dueño del carrete, ató un jeep, el nylon en el mataburro, o parachoques, comenzó a retroceder, jalando el pez, uno de los pescadores se molestó, porque esta no era la forma de pescar, lograron sacarlo, era un enorme pez, un Mero de unos 20 kilos aproximadamente, de un metro de largo, el pescador se molestó mucho, porque el pez se embuchó,  son algunos recuerdos que llegan a mi mente.

En esa hermosa bahía pasé, unas vacaciones, una Semana Santa y un Carnaval, unos días inolvidables.

Lamentándolo mucho, de estos paseos y campamentos, no me quedaron registros fotográficos, solamente lo que he podido recordar, lo que ha llegado a mi mente.

 

 

 

 

 

 

 

AGRADECIMIENTO

 

Agradecerle A Él Dios Padre, por darnos su santa bendición, por enviarnos a sus Ángeles custodios, a los Arcángeles, que nos cuidaron durante el viaje, por carretera al estado Vargas.

Agradecerles a mis amigos de la Urbanización de Los Rosales, por el hermoso compartir, en ese fin de semana, en Puerto Cruz, donde me enseñaron a pescar, Que Dios Les Pagué amigos.

Agradecerle a mi Primo-Hermano:  Ángel Pérez, por la invitación a pescar en la hermosa bahía, de Puerto Cruz, de la Guaira, del estado Vargas, en nuestro hermoso país Venezuela. 

Agradecerle a mi Tío; Luis Santiago, por sus enseñanzas, por cuidarme en el pueblo de Puerto Cruz, por darme la mejor crianza del mundo.

 

Agradecerle a mi gran amigo; Marcial Juliat, por invitarme a la playa, por sus ocurrencias, por sus bromas y chistes malos, por ser un hermano, Que En Paz Descanse 

 

 

 

 

 

 

 

Anexos

En un vuelo de un avión de pasajeros, veníamos del Vigía, del estado Mérida, el avión lo mandaron a dar una vuelta, para que aterrizará en el aeropuerto: Simón Bolívar, de Maiquetía, en el estado Vargas, aprovechando que venía en el asiento de la ventanilla, y mi Linda Esposa: Zaida Elizabeth Angulo Contreras,  a mi lado,  vi a la hermosa Bahía de Puerto Cruz, realicé un acercamiento con mi cámara fotográfica del hermoso pueblo de Puerto Cruz, (Fotografía realizada por: Hernán José Sira Pérez, en el estado Vargas, en nuestro esplendido país Venezuela, en el año 2018 ).

 

 

 

 

 

 

 

Cuando venía en el avión, vi a la hermosa bahía de Puerto Cruz, no dude en realizarle varias tomas fotográficas, detallen la carretera, que baja del Junquito, y la otra carretera que viene de Chichiriviche de la Costa, (Fotografía realizada por: Hernán José Sira Pérez, en el estado Vargas, en nuestro majestuoso país Venezuela, en el año 2018).

 

 

 

 

 

 

 

Apenas tuve la oportunidad de realizar estas tres fotografías, desde la ventanilla del avión, de la hermosa Bahía de Puerto Cruz, se aprecia apenas los peñeros en la orilla del mar, los kioscos, los Cocoteros, en la entrada de la bahía, en esa punta esta una de las cruces. (Fotografía realizada por: Hernán José Sira Pérez, en el estado Vargas, en nuestro fastuoso país Venezuela, en el año 2018).

 

 

 

 

 

 

La hermosa Bahía del Pueblo de Puerto Cruz, donde se detalla, a mano derecha el pequeño río, los cocoteros, los peñeros, las lanchas y los yates, los kioscos el puesto de Salvavidas, (Fotografía cortesía de Facebook, en Puerto Cruz, en el estado Vargas, en nuestro fastuoso país Venezuela)

 

 

 

Uno de mis pescados favoritos, la CATALANA o Achote como se le conoce en la Isla de Margarita, la primera vez que los comí, fue en la costa del estado Vargas, en su lado este, en el Pueblo de Todasana, (Fotografía cortesía de Facebook, en Puerto Cruz, en el estado Vargas, en nuestro fastuoso país Venezuela)

Una gran variedad se pesca en esta hermosa bahía, (Fotografía cortesía del Grupo en Facebook, en Puerto Cruz, en el estado Vargas, en nuestro bonito país Venezuela)

 

 

 

 

 

 

 

La hermosa playa, por estas piedras fue que caminábamos rumbo a la cruz, la del lado este, (Fotografía cortesía de Facebook, en Puerto Cruz, en el estado Vargas, en nuestro fastuoso país Venezuela)

 

 

 

 

El río del Pueblo de Puerto Cruz, la primera vez que lo conocí estaba muy seco, (Fotografía cortesía de Facebook, en Puerto Cruz, en el estado Vargas, en nuestro fastuoso país Venezuela)

Les comparto este enlace de un vídeo promocional del Pueblo de Puerto Cruz

https://www.facebook.com/edward.oliveros1/videos/10212340935066646

 

 

 

Este era el modelo de la moto, que me presto mi primo-hermano: Ángel Pérez, con la que fuimos a: Puerto Cruz, en el estado Vargas, en nuestro precioso país Venezuela)

 

 

 

 

 

 

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