La Última Cumbre Del Año 2018, Pico Naiguatá
La Última Cumbre Del Año 2018, Pico Naiguatá
Aprovechando que este fin de semana era largo, me
regalé una excursión de ida y vuelta al Pico Naiguatá, 29 de Diciembre del
2018, arreglé mi morral “Siempre Listo”, mi esposa me preparó mi almuerzo Navideño
para que me lo llevara a la excursión, hay que llevar toda la logística, ¡El
Por Si Acaso¡, llueve , Por si acaso me agarra la noche, hay que ser previsivo,
es por eso que llevo mis linternas, mi bandera nacional, pito, agua, botiquín
de primeros auxilios, chaquetas, ropa seca, guantes para el frío, bufanda,
gorro para el frío, mi cuchillo-tenedor, por supuesto mi cámara fotográfica,
sal y papelón, como me enseñó mi mamá Rosa Pérez Perdigón, ella me dice qué mi
abuela: Luisa Perdigón cuando salía a
los conucos, o de visita, se llevaba un pedazo de papelón con queso, ya tenía
el morral “Siempre Listo” preparado para el ascenso, me desperté a las 5 de la
mañana para alistarme, mi esposa me preparó el café, me vestí, me despedí de mi
esposa: Zaida Elizabeth, me deseo una
feliz ascenso, encomendándome a Dios para que: fuera y viniera sano y salvo.
Salí de la
casa a eso de las 6 y media de la mañana, para dirigirme a la estación del
metro Artigas, cómo siempre el metro con su retraso de los fines de semana,
llegué hasta la estación de Zona Rental, para realizar la transferencia hacia
Plaza Venezuela, para dirigirme hasta la estación del metro: Los Dos Caminos, por
aquí es más cómodo, porque se toma la camioneta que va por la avenida Rómulo Gallego,
para quedarme en la Avenida Sans del Marques, desde aquí se sube hasta la
autopista; La Cota Mil para llegar a la entrada principal de La Julia, ya a esa
hora vi a muchos excursionistas, subiendo, y a otros bajando, comencé a subir
por la escaleras que conducen a la carretera de la Julia, cuando llegué a la
carretera armé mis bastones de trackings, son de gran ayuda para llevar el
equilibrio y ayudarse con los brazos al subir o bajar, son unas dos cuestas muy
empinadas, pero se sube rápido, al llegar al Puesto de Guarda Parque de la
Julia, vi que ya estaba levantado mi amigo Pedro, lo saludé y hablamos un rato
de sus vacaciones, equipé mi bota o riñonera con suficiente agua para el
camino, luego me anoté en el libro de visitante, a ver el listado me di cuenta
que estaba subiendo un grupo grande delante de mí, otros suben hasta el Tanque
y otros al Mirador del Edén, ya eran las 8 de la mañana cuando di el inicio
para conquistar la Cumbre del Pico Naiguatá, una hermosa mañana y despejado los
picos, Caracas se veía muy hermosa, es muy placentero el camino, muchos árboles
la gran mayoría de Eucaliptos, el canto de las aves, me van acompañando hasta
que llegué al Tanque, donde estaban dos muchachas y un muchacho bañándose, los
saludé, seguí subiendo por el camino, en zigzag, hasta que llegué al Mirador
del Edén, aquí saqué mi cámara fotográfica, para realizarles unas tomas al hermoso
Pico Oriental, que estaba despejado en su totalidad, mostrando su imponente
cumbre, logré detallarlo completamente, realicé algunas fotos a los alrededores
del Mirador del Edén y la Hermosa Vista a Caracas, para dejar constancia me
realicé algunas fotos.
Las cosas curiosas del Cerro El Ávila, cuando uno
sube casi siempre las personas pierden algo o se le cae, o sea el cerro se los quita,
o te cobra algo, esta vez me encontré un dispositivo Pen drive, siempre llega a
mi mente el grito de guerra de los Scouts, “Si Tú Me Lo Das, Porque Me Lo
Quitas”.
Desde
esta zona se encuentra las dos rutas que te conducen hacia el Pico Naiguatá, La
Ruta 77 o la Pica Dos Banderas, lancé una moneda; cara o sello, a ver cuál de las dos vía tomaría,
la Ruta 77, con sus 77 curvas por el bosque, que es más larga, que la pica de
Dos Banderas, que es más corta, salió ganadora la Pica Dos Banderas, comencé a
ascender por el caminito al principio es exigente la pica, pero después se va
tornado más fácil su ascenso, cuando voy subiendo a mi mano izquierda voy
admirando al hermoso Pico Oriental, logro detallar sus caminos, veo al Único
Pino del pico se detalla claramente, un poco más abajo se distingue también La
Fila Maestra, con un sol inclemente, realicé una parada para hidratarme,
aproveché que estaba muy despejado el Pico Oriental para realizarle algunas
tomas fotográficas, terminé de subir la Picas de Dos Banderas, al llegar al
claro estaba un grupo familiar, los saludé, ya venían de bajada del pico
Naiguatá, les pregunté que cómo estuvo la noche, me respondieron que con mucho
frío, los dejé que se tomaran sus fotos, me despedí de ellos, bajé hasta llegar
a la intersección de las picas, la que viene de la Ruta 77 y la Pica de Dos
Banderas, aquí me encontré a dos Scouts descansando, los saludé, hablamos un
rato, me despedí ellos también venían ya de bajada, desde aquí se entra al
bosque, para ir en busca de la pica Las Toyotas, a cada rato me pasaban excursionistas
que venían ya bajando, aprovechando la sombra del bosque, a un paso rápido,
llegué al pequeño arbolito que parece un bonsay, en pleno camino, me detuve un
rato para aprovechar de realizarle algunas tomas fotográficas, es muy
importante irse hidratando por el camino, por el esfuerzo físico, aunque uno no
se dé cuenta, se va sudando, a cada rato me comía un trozo de papelón, esta vez
mi piernas se portaron muy bien, no me dieron calambres, al pasar el arbolito,
el camino se torna plano, para afrontar la subida al pico Goering, por el
camino me encontré a dos parejas que venían subiendo, los saludé, al llegar al
pico realicé varias fotos, a los alrededores, ya se estaba nublando el Pico
Naiguatá, le tomé fotos en especial a una roca que tiene una cara de un Indio,
fue mi esposa quien la detalló hace unos años en unas de mis fotos del año
2014, coloqué la cámara encima de una piedra, para tomarme unas fotos en el
Pico Goering, casi que inmediatamente seguí el ascenso, no quería dejar que mi
cuerpo se enfriara, tenía previsto desayunar aquí, pero preferí seguir la ruta,
se baja por una pica, para comenzar el ascenso al Pico El Urquijo, aquí vi que
las nubes ya estaba tapando al Pico Oriental, recordé los concejos sabios del
Tío Iberio Contreras, quien nos dice, “Mañana despejadas, Tardes Nubladas” este
pico es muy exigente su ascenso al inicio, después se va tornado en un camino
plano en curvas de zigzag, hasta llegar al letrero que identifica el Pico EL
Urquijo, en este zona habían varias carpas instaladas, seguí subiendo por los
caminos, para afrontar la fuerte subida para llegar al Cruce de la Fila
Maestra, cuando llegué al cruce había una gran cantidad de personas, unos
bajando y otros subiendo, me monté en una piedra para apreciar la vista hacia
la Guaira, pero ya estaba nublado, solamente pude ver el mar que se junta con
el cielo, unas hermosas nubes tipo islas atravesando el horizonte, realicé
varias fotos de las formaciones recosas de la Fila Maestra, a eso de las 11 y
media de la mañana ya estaba en el cruce de la Fila Maestra, un grupo grande
estaba también llegando, los acompañé un buen rato, ya sabía que lo que vendría
era ascender al Pico Naiguatá, por el camino tomé varias fotos del camino al pico
para visualizar hasta donde iba a subir, se aprecia solamente el camino, las
formaciones rocosas del Pico Naiguatá siempre tienen formas de figuras humanas
o de animales, todo queda a la imaginación de las personas, al pasar por las
fila maestra, me asomaba a ver si la vista hacia la Guaira se había despejado,
pero nada, esta vez no se dejó ver, por aquí me encontré a un excursionista
preocupado, preguntándome que si no me había encontrado un reloj, que se le
había caído, le dije que no, le recomendé que lo diera por perdido, es muy
difícil encontrarlo.
Ya venía
feliz de haber conquistado mi segunda cumbre del año en el Pico Naiguatá,
celebrando con mi grito de CUMBREEEEEEE, me realicé algunas fotos, llegué a la
zona donde hay un pequeño mirador, donde está una piedra que sobresale, que
siempre me ha provocado montarme en ella, ya eran las doce del mediodía, me
faltaba aún mucho trecho para conquistar la Cruz de Metal del Pico Naiguatá,
llegué al letrero que indica que estas en el Pico Naiguatá, pasé por la
formación rocosa conocida cómo la Arepa, algo tapado de monte, casi que
inmediatamente comienzan a aparecer, las formaciones rocosas conocidas como Los
Platos, yo las llamo Los Platos de Dios, porque solamente el creador pudo haber
colocado piedra sobre piedra, o el proceso natural las ha tornado así, ya
sacando energía y fuerza de la que a uno le queda, para afrontar la última pica,
para llegar al Anfiteatros, por aquí me encontré a un grupo de damas, algo
desorientada, les di la información, que si seguían las marcas de bolsas de
plástico amarrado en los arbustos, llegarían derechito a la Cruz de Metal, al
llegar al final de la pica, se puede visualizar el Anfiteatros, bajé, esta vez
no había charcos de agua, ya la vegetación se está secando, vi que habían
muchas personas acampando, llegué justo cuando un grupo estaba almorzando, los
saludé, echándole broma les dije: que si había llegado a la hora de la comida,
deseándole un buen provecho, seguí la ruta para ir en busca de la Cruz de Metal
del Pico Naiguatá, ya los pozos de agua se están secando, muchas carpas
instalada, algunos durmiendo, otros haciendo el café, pasé por su lado
saludándolos, seguí ascendiendo por las rocas para seguir las marcas de las bolsas
pláticas, algunos de colores fuertes,
para llegar al famoso mecate, que sirve de gran ayuda para escalar una fuerte
pica, al finalizar esta subida se encuentra uno con una zona de piedras
grandes, tapadas por arbusto, hay muchos caminitos que te conducen a la Cruz de
Metal del Pico Naiguatá, pero hay que elegir la más fácil, para no exigirle a
las piernas ese último esfuerzo, en cada arbusto hay señales, ya escuchaba
risas y personas en la cruz, al llegar saludé a un grupo grande, a verlos los
reconocí a todos, o a su gran mayoría, eran un club de corredores, entre ellos
el ganador del SprintCross del Ávila 18 Km., conversamos un buen rato, me quité
el morral, para llegar a la Cruz de Metal del Pico Naiguatá, al llegar a ella
me persigné, me abrasé a ella y la besé, las personas no se imaginan el gran
esfuerzo que realiza una persona para poder llegar a sus pie, es él premio que
te otorga la montaña, por llegar hasta El Ultimo Pico de la Cordillera Andina,
el pico más alto de nuestro Parque Nacional El Ávila, me bajé donde está la
cruz, para sentarme en las piedras para protegerme de las fuertes ráfagas de
viento, estaban cayendo gotas de lluvia, me senté cómodamente para realizar mi
almuerzo navideño, una hallaca que mi esposa me calentó en la mañana, me la
envolvió en papel periódico para que se conservara caliente, con un súper
emparedado de pernil, mientras almorzaba, venían llegando las damas que venían
subiendo, molesta con su guía porque las dejó solas, sin ninguna orientación,
una de ellas me decía que gracias al señor, fue que llegamos sanas y salva.
Todos aprovechando para descansar y tomarse fotos
en la Cruz de Metal del Pico Naiguatá, al rato llegaron otros excursionistas,
entre ellos llegó una amiga senderista, la saludé, hablamos un buen rato, me
pregunto, que si iba a escribir de este ascenso, le dije; claro que sí, ella me
sigue por la redes sociales, realicé algunas fotos de los alrededores del Pico
Naiguatá, hoy lamentablemente estuvo muy nublado, ya a las 2 de la tarde le
pedí el favor a mi amiga senderista, que me tomara algunas fotos en la Cruz de
Metal del Pico Naiguatá, luego les tomé varias fotos a su grupo, hablamos un
rato de la ruta que ellos tomaron, me informaron que estaba muy tupida de
monte, que pasaron mucho trabajo en subir con los morrales, salieron todas
rasguñadas, ellos estaban acampado en la Emplanada, le dije que ese era mi
lugar favorito para acampar, porque hay agua, al rato llegaron otros
excursionistas, ya era la hora que diera el descenso, me despedí de mis amigas
deseándole un Feliz Año para todo el grupo, ellos se quedarían hasta el 1 de
enero, cuando de repente escuché el repique de mi celular, entró una llamada en
pleno Pico Naiguatá, era mi esposa para preguntarme cómo me iba, le informé que
ya había llegado a la Cumbre del Pico Naiguatá, que estaba en la Cruz de Metal,
me felicitó por mi proeza en subir tan rápido.
Comencé mi descenso por la rocas del Pico Naiguatá,
hay que tener mucha precaución, uno se enfría en la Cumbre, venia bajando entre
las piedras cuando de repente di un mal salto, que me dolió el pie derecho, me regañé
a mí mismo, con cuidado Hernán Sira,
menos mal que tenía las botas, seguí bajando, hasta llegar nuevamente a la pica
que tiene el mecate, que es de gran ayuda a los excursionistas para subir o
bajar, el mismo le hicieron nudos, que te ayudan en su agarre, terminé el
camino de la Cruz de Metal, pasé por la zona donde estaban las carpas, me despedí
del grupo deseándole un Feliz Año, pasé por Anfiteatros, habían varias personas
acampando dentro de los arbusto, por aquí alcancé al grupo de corredores, bajé
la pica hasta llegar a la Fila, cuando llegué a la zona de la formaciones
rocosas conocidas cómo Los Platos, subí a uno de ellos, porque debajo de esa
formación rocosa, el teléfono agarra cobertura, llamé a mi esposa, para
informale que ya había iniciado el descenso a Caracas, aprovechando que esta
vez había subido con la cámara fotográfica, realicé muchas tomas fotográficas
de las formaciones rocosas, sus alrededores y algunas auto fotos, es
maravilloso estar debajo de esas formaciones rocosas, aproveché de comerme un
plátano, disfrutar de la sombra, muy bella la vegetación de esa zona, aproveché
para cambiarle el agua al canario, así regar un poco las matas.
Bajé nuevamente al camino principal, para seguir descendiendo
por toda la fila, por el camino me encontré nuevamente el grupo de corredores,
veníamos hablando, cuando de repente se me abrió el morral, boté todo, menos
mal que venían el grupo de corredores, me avisaron que bote el bolso, me
ayudaron a recoger las cosas, le agradecí, guardé de nuevo todo en mi morral,
asegurándome que no volviera a suceder, desde aquí bajé a mi paso veloz, para que
no me agarrara la noche, me despedí del grupo de corredores, pasé por el Cruce
de la Fila, con deseo de hacer la Fila Maestra, pero no tenía provisiones para
realizarla, tampoco lo tenía planificado, descendí por los caminos hasta lograr
llegar al Pico el Urquijo, donde estaba un grupo acampando, por aquí alcancé a
otros corredores, comentamos algo de las carreras, pero ellos venían muy lentos,
los pasé, seguí descendiendo hasta que llegué nuevamente al Pico El Goering,
aquí aproveché para hidratarme, realicé algunas tomas fotográficas de los
alrededores y a la formación rocosa con la cara del Indio, logré captar la Cruz
de Metal de Pico Naiguatá, esta vez ya estaba sola, sin ningún visitante, en
ese instante apenas se despejó el Pico Goering, dejó ver a la ciudad de
Caracas, realicé algunos acercamientos, en uno de ellos pude captar el
aeropuerto de la Carlota, donde se aprecia el Parque del Este y el nuevo parque
Independencia, guardé mi cámara fotográfica en mi morral, para comenzar a
descender por la pica de las Toyotas, desde aquí comencé a bajar un poco más
rápido, para ir aprovechando las sombra del bosque, me encontré por el camino
una gran cantidad de excursionistas que iban subiendo con el propósito de pasar
las fiestas de Fin de Año en el Pico Naiguatá, a todos les deseaba que la
pasaran bien, que tengan un Feliz Año Nuevo, que aprovecharan la hermosa vista
nocturna, que admiraran los pocos fuegos artificiales, justo antes de llegar al
cruce de las picas, me encontré a uno de los corredores, me preguntó que si yo
conocía la pica para bajar hasta el Tanque, le dije que sí, que bajara conmigo,
era su primera vez que subía al Pico Naiguatá, cuando llegamos a la
intersección de las picas. Dos Banderas y la Ruta 77, tomamos la ruta 77,
aunque es más larga, es más descansada para descender, por todas esas largar
curvas y semi planos y bajadas, al rato logramos visualizar el Mirador del
Edén, le informaba al amigo que hasta allá teníamos que llegar, hablando con el
corredor veníamos compartiendo las experiencias en las carreras del año, a la
final el corrió también las mismas competencias
en las que yo participé, las de Todasana y las del Ávila, al rato logramos
llegar al Mirador del Edén, bajamos hasta el Tanque, donde aprovechamos para
darnos un baño vaquero, siempre alguien deja un jabón, me di un buen baño en el
chorrerón del Tanque, cuando metes la cabeza te mojas todos el cuerpo y las
botas también, dimos el inicio para bajar hasta el puesto de guarda parque de
La Julia, donde estaba mi amigo; Pedro, jugando dominó con unos amigos, me
despedí del él deseándole un Feliz Año, tomé un poco de agua, para terminar de
bajar hasta la entrada de la autopista: La Cota mil, bajamos hasta la avenida
Sans del Marques, donde tomamos una camioneta para ir hasta la estación del
metro Los Dos Caminos, para tomar el metro hasta Plaza Venezuela, mi amigo el
corredor, vive en la Guaira, él iba hasta la estación de Gato Negro, nos
despedimos, deseándonos un Feliz Año, yo realicé la transferencia a la línea 2
del metro de Caracas, para ir hasta la estación del metro de Artigas, para
llegar a mi casa, cansado pero feliz de haber realizado mi última cumbre del
año 2018, a ese pico hermoso él Pico Naiguatá, al llegar a mi casa me estaba
esperando mi esposa dándome la más cordial bienvenida, felicitándome por lograr
mi sueño, abrazar la Cruz de Metal del Pico Naiguatá, me di un buen baño, cené,
más tarde comencé a mostrarle las fotos y vídeos que realicé en la excursión.
Así fue mi última
cumbre en el Parque Nacional El Ávila, agradeciéndole al Dios Padre por
otorgarme el permiso divino y a mi amado cerro por todas las cosas maravillosas
que me ha brindado.
Por Hernán José Sira Pérez
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