Travesía La Ciclo vía del Estado La Guaira, desde Macuto a los Caracas, Por ida y Vuelta, diciembre 2020
Travesía La Ciclo vía del
Estado La Guaira, desde Macuto a los Caracas,
Por ida y Vuelta, diciembre
2020
Travesía La Ciclo vía del
Estado La Guaira, desde Macuto a los Caracas,
Por ida y Vuelta, diciembre
2020
Domingo
22 de diciembre del 2019, tenía previsto realizar una excursión al Cerro El
Ávila, a eso de las seis de la mañana
sonó mi celular, me desperté al salir al patio de la casa para ir al baño, nos
dimos cuentas que estaba lloviznando, preferí esperar un poco a ver si
escampaba, me dije el cerro debe estar lloviendo mejor cambio al plan B, decidí
entonces bajar al estado La Guaira para realizar la travesía de la ciclo-vía,
en la noche había preparado mi bebida isotónica, equipé mi morral , mi esposa me
calentó dos bollitos de carne.
Salí
de la casa a las 7 de la mañana, cuando llegué a la avenida San Martin, estaba
lloviznando, y el Cerro El Ávila, no se veía, estaba nublado y con una nubes
negras en sus picos, troté hasta la estación del metro de La Paz, para realizar
mi cola de pasajero del Metro Bus, que me llevaría hasta el nuevo terminal de
pasajeros de La Guaira, no esperé mucho, el metro bus llegó rápido, el costo
del pasaje es de 4.000,00 Bolívares, el metro bus salió rumbo a la autopista,
pocos carros circulando a esa hora, a una velocidad muy rápida el chofer le
rindió el tiempo, al pasar los túneles de la autopista, ya el sol estaba
haciendo acto de presencia, el mar se le veía que tenía brisa, muchas olas en
alta mar, algunos barcos anclado frente el Puerto, pasamos por el trébol de la
autopista, con sus adornos de Navidad, muy rápido llegamos al nuevo terminal de
Pasajeros de La Guaira, ya había una camioneta cargando para el Pueblo de
Naiguatá, ya era las 8 de la mañana, muy bonito el nuevo terminal de pasajeros,
con aire acondicionado en sus bellas instalaciones, algunas tiendas, vi todos
los servicios, vi que ahora las camionetas que van a la Costa se mudaron al
terminal, los vi cargando pasajeros que iban para sus fiestas de fin de año, me
monté en la camioneta que iba al Pueblo de Naiguatá, pero tuvimos que esperar
un rato, a esperar más pasajeros, salimos del terminal de pasajeros, la
camioneta estaba vacía, lo único malo fue, que el chofer se fue parando por
todas las Paradas buscando pasajero para Caribe, cómo venia sentado del lado izquierdo de la
camioneta, venia admirando el mar, viendo los bellos adornos de la Cinta
Costera, vi que estaban trabajando en el nuevo estadio de La Guaira, pasamos
por Macuto, en la Parada del Teleférico de la Guaira, se paró la camioneta a
cargas una larga cola de pasajeros, bajamos la gran curva para pasar por Camurí
Chico, al rato llegamos a Caribe, para luego tomar la avenida Principal de
Caribe, pasamos por Tanaguarenas, entramos al carretera, para ir la Pueblo de
Naiguatá, al llegar al antiguo Pueblo de Carmen de Uría, el chofer se detuvo a
darle la cola a unos Guardias
Nacionales, aproveché de detallar lo que queda del pueblo después de la Vaguada
del año 1999, ya no quedan casas, las
que vi, están inhabitables, todas destruidas, el monte se ha ido adueñado de lo
que antes era un pueblo, en la quebrada vi a un burro amarrado y el puesto de
la Guardia Nacional, la camioneta siguió la ruta, hasta que una señora se quedó
en el Rey del Pescado, desde aquí falta aún mucho trayecto para llegar al
Pueblo de Naiguatá, vi el mar con un fuerte oleaje, algunos pescadores a la
orilla del mar, en la recta antes de llegar a los Club de Naiguatá, llegamos al
pueblo de Naiguatá, muy solitario pocos turistas, sólo los vendedores y gente del pueblo.
Ya
eran las 9 de la mañana, desde aquí comencé mi travesía, comencé a correr por
la orilla de la carretera, pasé por el estadio del Pueblo de Naiguatá, a un troté
suave, pasé por la larga Playa de Los Ángeles, transité por todo el frente de
las Instalaciones de la Universidad Simón Bolívar, por el Puente de Camurí
Grande, vi qué el río estaba bajando bastante agua, seguí por la acera, hasta
que llegué al estacionamiento de la Playa Pantaleta, ahora vendría lo mejor de
la ciclo vía, es maravilloso, porque comencé a correr por la orilla de la
carretera, admirando el mar, detallando cómo revientas las olas en la orilla de
la playa, cómo me conozco esa zona desde hace muchos años, voy nombrando las
curvas, cómo voy sólo, realizó mis oraciones y plegarias mientras voy
corriendo, al llegar a la Curva de los Muertos, inmediatamente aparece mi
Pueblo de Punta Care, una hermosa vista, por el camino vi alguien limpiando un
terreno, era mi buen amigo: Daniel, lo saludé, seguí la ciclo vía, al pasar por
la curva grande antes de llegar a Care, recordé al Tío Orlando Angulo, porque
allí en esas piedras esparcimos sus cenizas, a él le encantaba bajar al Pueblo
de Punta de Care, pasé corrido el pueblo,
no quise entrar a la casa, tenía que rendir el tiempo, crucé todo el pueblo de
Punta de Care, seguí por la ciclo vía, que está en muy buenas condiciones, en
solitario recorriendo los primeros kilómetros para ir en busca del Pueblo de
Anare, pasé por la playa de la Piedra de la Virgen, aún no habían llegado
visitantes a la playa, ahora enfrentar la largas rectas, disfrutando de la
hermosa vista del Mar, agradeciéndole a Dios por su Santa Bendición, respirando
ese aire puro, pocos carros pasaban a esa hora, lo bueno de conocer la ruta, es
que me voy orientando por las Antenas de Telecomunicaciones de los Pueblo, a lo
lejos veía las antenas del Pueblo de Punta de Anare, realicé una parada en la
orilla de la playa, para cambiarle: “El Agua Al Canario”, seguí trotando hasta
que llegué al Pueblo de Anare, al pasar por la capilla de mi Amado Arcángel San
Rafael, me detuve para persignarme, saludarlo, cuando vi que era un Arcángel
nuevo, muy bello alto de un 1 metro, muy bonito, realicé mis plegarias, le pedí
sus protección, me persigné seguí el recorrido, pasé por el puente, vi que el
río de Anare estaba bajando bastante agua, pasé por la licorería y kioscos de
hortaliza, saludé a las personas con mis buenos días, ya había realizado la
primera etapa de la ciclo vía, ahora a tomar impulso porque sabía que vendría
las subidas, muchos charcos de aguas en la ciclo vía producto de la lluvias, la
vista que uno disfruta desde la vía, es la hermosa playa del pueblo de Punta de
Anare, ahora a subir la larga cuesta, para luego afrontar las largas rectas, en
algunas zona cruzaba al lado izquierdo de la vía, para aprovechar la sombra de
las montañas, por aquí pasó un moto dos pescadores buscando el Jurel, por la
vía saludé a varios ciclistas, a una pareja que venía de los Caracas, un poco
más atrás venia otra pareja, me saludaron, es esta zona la más larga y
solitaria, no se tiene un punto de referencia cuanto falta, así que hay que
darle fuerte, y corrido, otros ciclista me pasaron, los saludaba, es muy
gratificante cuando lo saludan a uno, reconociéndole que es muy fuerte hacerla
corriendo, aprovechando cualquier sombra, me cambio de un lado de la carretera,
a pasar la gran curva, sabía que vendría la Ciudad Vacacional Los Caracas, al
pasar esta curva, se abre en el Horizonte la hermosa vegetación y las antenas
de telecomunicaciones, pero aún faltan cómo dos kilómetros para llegar a la
Meta, donde termina la ciclo vía, una caseta que indica la LLEGADA, cansado
pero Feliz, por haber realizado el largo recorrido de unos 20 kilómetros
aproximadamente, al llegar a la entrada vi pocos carros, apenas una camioneta,
una pareja tomado sol, algunos surfista en la Playa La Punta, pasé por la
Alcabala de los Caracas, por las tiendas, saludé a un amigo-vecino de la Guaira
que tiene un negocio allí, seguí rumbo al puente del río, tomé mi tiempo dos
horas, hasta los Caracas, cuando vi el pozo del río de los Caracas, estaba
solitario, ni una sólo persona, me monté por el puente, bajé al pozo, que
estaba muy bello, con un agua clarita, se veían muchos peces, el pozo estaba
bien profundo, que todos los muros estaban casi tapados, es aquí cuando se me
sale: el Yo niño, me quité mis zapatos, mi shorts, mi gorra y mis lentes, me di
mi primer chapuzón, con esa agua fría, que mi cuerpo la recibió muy agradable,
nadé un rato en el río, no me provocaba salir del pozo, nadaba de aquí, para
allá, me montaba nuevamente, me lanzaba de clavado en el pozo, al rato llegó un
señor, conversamos un buen rato, después llegó su esposa, estaba llegando a esa
hora, seguí disfrutando de mi premio, la Mejor Medalla Ganada, es lo que unos
se gana, después de haber recorrido la larga ciclo vía, ya era hora de salirme
del pozo, para dar el inicio el regreso, me sequé mis pies, me puse mis medias,
los zapatos y mi shorts, me despedí de la pareja deseándole una Feliz Navidad,
la señora asombrada de que yo venía de Naiguatá, y ahora iría de regreso
nuevamente al Pueblo de Naiguatá, subí por el puente, para cortar camino, traté
de realizar una llamada, pero no había cobertura, pasé por las tiendas, caminé
por la orilla de la Playa La Punta, para ver un rato a los surfistas, me senté
un rato, en la silla de madera, para ajustar las trenzas de mis zapatos, pasé
por la regadera, para equipar un pote de agua, mojarme la cara y los brazos, ahora comenzaría la segunda etapa
ir de la Ciudad Vacacional de Los Caracas, hasta el pueblo de Punta de Care, ya
venía más fresco por el baño del río, es más cómodo el regreso, por la ciclo
vía me encontré a otro corredor, los saludé, me pregunto qué cuanto tiempo
había realizado, que de dónde venía, le dije que desde el pueblo de Naiguatá a
los Caracas dos horas, se quedó sorprendido que ahora iba para el Pueblo de Naiguatá,
me despedí de él, como ya uno se conoce bien la ruta, sabía que tenía que darle
fuerte para llegar la Pueblo de Anare, es la zona más solitaria, esta vez no
quise escuchar música con mi teléfono, para estar alerta en el camino, por el clico
vía venia admirando a las aves que me encontraba: Las Garzas, los Pelícanos, los
pájaros, los gavilanes, de todos los tipos, aprovechando las pequeñas bajadas,
al rato logré llegar a la curva, donde se ven las antenas del pueblo de Punta
de Anare, ya se me estaba acabando mi bebida isotónica y el agua, ya venía
administrándola, pequeños sorbos, fue por aquí que me volví a encontrar a la
pareja de ciclistas que venían de regreso para Los Caracas, la muchacha me
Felicitó, que buen recorrido, al rato me pasó la otra pareja, igual me
felicitaron, me despedí de ellos, ahora me tocaría enfrentar una fuerte subida,
pero sé, que es suave, para luego bajar hasta el Pueblo de Punta de Anare,
después de la curva grande, aparece inmediatamente la hermosa vista del Pueblo
de Anare, con la hermosa playa, a un paso suave llegué al pueblo, pasé nuevamente
por la licorería y los kioscos de ventas de hortaliza, pasé por el puente, vi
al río, pasé por la capilla del Arcángel San Rafael, para despedirme de él,
agradeciéndole que siempre me lleva y me trae sanos y salvo a casa, en el piso
de la ciclo vía, me anunciaba que me faltaban 3.5 kilómetros, pero se podrán
imaginar cómo son de largos estos últimos kilómetros, aprovechando la bajada, a
un paso ya más lento, fui recorriendo la ciclo vía, me volví a detener en la orilla
de la playa, para ir al baño, seguí dándole fuerte porque ya me faltaba poco,
ya sabía que estaba más cerca de mi Pueblo, aún no lo veía, a lo lejos veía la
Piedra de la Virgen, pero bien lejos, así que a un paso suave, cuando me
cansaba, lo caminaba, luego seguí trotándola, me tocó algunas subidas, ya tenía
la Piedra de la Virgen un poco más cerca, el mar con una brisa sabrosa,
respirando ese aire puro, logré llegar a la Piedra de la Virgen escuché música
en unos de los carros, las personas disfrutando de sus día de playa, me
provocaba darme un chapuzón en la playa, pero sabía que no había agua en el
pueblo para bañarme, ya me faltaba muy poco para llegar a mi pueblo, ya mis
pasos era más lentos, pero animándome que debía de darle fuerte, hasta que
logré llegar a la curva antes del pueblo, bajé hasta que llegué a mi pueblo,
entré por Playa Los Ríos, caminé por las aceras del pueblo, pasé por calle
principal del Pueblo, muy solitario, crucé por el paso de peatones, vi la
quebrada seca cómo siempre, el Cerro El Ávila, desde aquí se veía nublado,
caminé por la carretera hasta que llegué a la Casa “Aquí Es”, estaban mis
amigos–vecinos, Carlos, a la Señora Miriam, Freddy, a la Señora Eneida, a la
Abuela, todos me saludaron, asombrado al verme llegar, conversamos un buen rato,
aproveché de comerme los bollitos, le pedí agua fría al amigo Carlos, al rato
me despedí, le dije que aún me faltaba camino y el sol estaba inclemente, me
despedí de mi amigos, el amigo Freddy me dijo que ellos están en contacto
conmigo a través del grupo de Punta de Care en el Facebook, pasé por la casa de
Chávela, la saludé conversamos un rato, le dije que vi que había colocado el
muro en la parte de atrás de la casa, todos en Care estaban engripados, me
despedí de mi amiga: Chávela, me echó la bendición, volví a tomar la ciclo vía,
para terminar de recorrerla, logré llegar al final de la misma, a la caseta,
que ahora vive una familia allí, ahora me faltaría llegar a la Playa Pantaleta,
cuando pasé por el estacionamiento, vi al cerro el Ávila nublado, desde aquí se
ve el Pico Naiguatá, llegué al puente de Camurí Grande, el amigo Carlos me
informó, que el río tenía bastante agua, pero no quise subir, ya era muy tarde,
pasé por Playa de los Ángeles nuevamente, hasta que llegué al Pueblo de
Naiguatá, me dirigí a la Parada de Pasajeros, para tomar una camioneta que me
llevaría al terminal de pasajeros de La Guaira, al llegar al terminal entré a
las instalaciones muy bonitas, con un aire acondicionado muy sabroso, realicé
mi correspondiente fila de pasajero para esperar el Metro Bus, al poco rato
llegó, nos montamos para subir a la ciudad de Caracas a eso de la 5 de la
tarde, ya a las seis de la tarde ya estaba llegando a la ciudad de Caracas, le avisé
a mi esposa: Zaida Elizabeth Angulo Contreras que ya había llegado a la
estación del metro La Paz, caminé hasta mi casa, en la avenida San Martín, donde me estaba esperando mi esposa con mi almuerzo-cena,
al estilo de la Posada Guamanchi, un rico plato de Pasta con Carne molida, con
mi papelón con limón, comí cómo un perro hambriento, subí a darme una buen
baño, mi esposa regañándome porque me eché una quemada en la cara y en los
brazos, no me llevé ningún protector solar, comencé a contarle como me había
ido, en mi paseo, así fue mi domingo de paseo por la Costanera del estado LA
GUAIRA.
Por
Hernán Sira
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